Su pérdida de memoria ha progresado y es evidente que la situación va más allá de simplemente la vejez. Luego, el médico te da el temido diagnóstico: es DEMENCIA.
Sientes como si hubiera recibido una sentencia de muerte.
En el momento del diagnóstico, el paciente suele experimentar una gama de emociones como, por ejemplo, la pena, la pérdida, la ira, la conmoción o la incredulidad; otros pocos sienten alivio, por fin, al saberlo. Muchas personas se sienten
emocionalmente entumecidas o entran en un estado de negación. Peor todavía, cuando los síntomas de una persona han progresado al punto de requerir un diagnóstico, la enfermedad cognitiva ya tiene muchos años de haber estado en desarrollo; en el caso de Alzheimer, puede haber empezado hasta hace siete años.
El crecimiento en los casos de la demencia ha estado en primer plano en los medios de comunicación por todo el mundo, y la mayoría de las personas teme contraerla, especialmente los adultos mayores. Cuando finalmente se hace realidad, la persona muy fácilmente puede caer en depresión o desesperanza.
La demencia no es una enfermedad; es una serie de síntomas de un trastorno cognitivo que los está causando y que pueden incluir más que sólo el deterioro de la memoria. A la larga, afecta el pensamiento y el razonamiento; además hay cambios en la personalidad y pérdida de control emocional. En definitiva, impide a que la persona pueda realizar sus quehaceres diarios y eventualmente requiere que reciba cuidado 24 horas al día, 7 días a la semana.
Sin embargo, no terminan las pruebas médicas con la diagnosis de demencia. Una vez
diagnosticada, es esencial encontrar la causa.
Más de 50 diferentes enfermedades y afecciones están asociadas con la demencia. Aunque el Alzheimer es considerado la primera de todas, otras causas comunes incluyen la vascular (accidentes cerebrovasculares), los cuerpos de Lewy, el Huntington, Frontotemporal y el Parkinson. La depresión, el alcoholismo y una lesión cerebral también pueden provocar demencia. La mayoría de las causas de demencia son incurables, pero algunas son reversibles. Trastornos de las tiroides, deficiencia de vitamina B12, la depresión, interacciones entre medicamentos, y el alcoholismo pueden crear síntomas de demencia. En la mayoría de esos casos, son curables. Es muy importante descubrir la causa porque no siempre es incurable.
Después de los dos diagnósticos, lo mejor es ponerse activo; no esperar! Es muy común en las primeras etapas que tanto la persona con demencia como sus familiares no quieran abordar la situación, dado que la persona sigue siendo funcional y conduce o vive de forma independiente. Sin embargo, no es aconsejable esquivar el problema hasta que la demencia esté más avanzada.
El conocimiento es poder y es esencial aprender todo lo que se pueda sobre la demencia. Además es vital confrontar los temas que nos asustan. Para poder planificar eficazmente para el futuro, es crucial comprender cómo la demencia puede afectar a la persona, cómo progresa la afección, y cómo enfrentar situaciones que puedan surgir.
Comparta lo que aprendes con tu familia y tus amistades. Cuando uno aprende sobre la demencia, deja de tener expectativas poco realistas sobre las habilidades de la persona afectada. En las primeras etapas es importante ayudarles a mantenerse independientes y tener un sentido de control y dignidad. Tratar a la persona con respeto y siempre incluirles les da un sentido de pertenencia y ayuda a reducir el riesgo de depresión, que es una de las causas de demencia que también puede agravar los síntomas existentes.
Podemos transformar la desesperanza en empoderamiento personal con el apoyo emocional de nuestros familiares, amigos y compañeros. Es esencial desarrollar una red de apoyo.
Encuentre un grupo de apoyo para personas con demencia donde otras personas en la misma situación pueden compartir sus sentimientos y experiencias. El cuidador también necesita un grupo de apoyo como parte de su programa de auto-cuido. Si no existe ninguno en tu área puedes encontrar muchos grupos de apoyo en línea.
También, si existe una Asociación de Alzheimer en su área, a menudo ellos organizan grupos de apoyo y brindan información útil. Los centros de actividades para adultos mayores también son una buena opción.
Es importante concertar citas periódicas con su médico de atención primaria o especialista. Aquí en Costa Rica, contamos con una clínica de memoria en nuestro hospital geriátrico que ofrece diversos servicios, entre ellos terapia cognitiva y física.
Obtenga ayuda psicológica de un terapeuta: la salud emocional, física y mental son importantes. Padecer demencia no es motivo de vergüenza, así que no tema que otros se enteren. ¡Es común! Después del diagnóstico, una persona puede empezar a cerrarse, negándose a participar en actividades y sin ganas de salir de su casa. Este tipo de aislamiento es fatal ya que la falta de estímulo física y mental intensifica los síntomas.
Manténgase activa, aprenda algo nuevo, únase a un club o un grupo social. Come sano, reduciendo o eliminando los alimentos procesados, las carnes rojas y el azúcar. Manténgase siempre hidratada. El cerebro está compuesto en un 75% por agua y si no lo tomas suficiente agua la función cognitiva es afectada negativamente.
Para la persona con demencia, esto no es el final del camino. No tengas miedo de aprender sobre su condición y a abogar lo máximo posible por si mismo. Decida cómo eventualmente quieras ser atendido y por quién.
Mi hijo ofreció cuidarme si alguna vez padeciera demencia, pero sé que él no lo tiene la capacidad de hacerlo. Sufre de ansiedad y tiene muchos problemas no resueltos de su niñez. La situación sería terrible para los dos.
Busque opciones de tratamiento. Algunos medicamentos ayudan con la función cognitiva, especialmente en las etapas tempranas e intermedias de la demencia. Aunque no son una cura, pueden retardar los síntomas por un tiempo, inclusive a veces
unos cuantos años. Planifique la atención a largo plazo tan pronto como pueda. Si el ser querido va a permanecer en la casa de familia, eventualmente la cuidadora necesitará ayuda. Nadie puede encargarse de una persona con demencia las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Se verá afectada su salud física y mental. Aun cuando se ha decidido cuidar a la persona en casa, es una buena idea investigar los centros de cuido locales para conocer lo que ofrecen.
Asegúrese de tener a alguien de tu confianza a quien puedas dar un poder notarial. Ajuste tus finanzas y active el pago automático de facturas. Ordene tu hogar y siga el
reglamento de “Todo en su lugar.” Esto le hará más fácil encontrar las cosas y reducirá
la frustración.
Para la persona con demencia, esto no es el final. Es claro que la demencia presenta mucho desafíos pero se puede seguir teniendo una calidad de vida si se trabaja en ello.
Comments