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Writer's pictureKatya De Luisa

Conversación Desde El Corazón y Demencia

Updated: Nov 3

La pérdida de comunicación durante la progresión de la demencia comúnmente lleva a otros problemas tanto para quienes la padecen como para todos los que los rodean. Estar atrapado dentro de un cerebro que se deteriora, incapaz de expresarse, debe ser la condición más emocionalmente aislante y solitaria, incluso cuando externamente están rodeados de personas.


Los seres humanos somos animales de manada, y nuestra verdadera naturaleza es vivir en grupos familiares y comunidades; dependemos unos de otros. Sin embargo, incluso hoy en día, en un mundo donde las estructuras familiares se deterioran y prevalece el individualismo, la interacción social sigue siendo esencial para nuestro bienestar. Cuando falta, puede conducir a problemas de salud psicológica y física, como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, diabetes tipo 2 y enfermedades mentales.


Los estudios han demostrado que los ancianos que viven solos y están socialmente aislados tienen un alto riesgo de desarrollar demencia. Aproximadamente un tercio de las personas con demencia ya vive sola, y cuando tienen poca interacción social o estimulación mental, suelen experimentar una rápida escalada de síntomas.


Al inicio de la demencia, cuando la persona comienza a perder palabras, las sustituye por otras. A medida que la condición progresa, puede balbucear o perder completamente la capacidad de comunicación.


Comunicar nuestros sentimientos, pensamientos e ideas es esencial para nuestra salud y felicidad, y esto no cambia cuando alguien tiene demencia. Al contrario, mantener las habilidades de comunicación se vuelve aún más crítico a medida que avanzan los síntomas de la demencia.


Cuando un ser querido pierde el habla, se vuelve difícil para la familia y los cuidadores entender lo que la persona necesita o quiere comunicar. A menudo asumen que la persona ha perdido más habilidades cognitivas de las que realmente ha perdido. Cuando no puedes comunicar cuánto de ti sigue siendo consciente, puede parecer a los demás que no lo eres.


En nuestro mundo, el habla es nuestra principal forma de comunicación, pero el habla es solo el 40% de cómo nos comunicamos. Nuestro cerebro capta miles de millones de señales sobre lo que intentamos expresar a través de expresiones faciales, posturas corporales, gestos y tono de voz; de hecho, esto representa el 60% de nuestra comunicación.


El cerebro no es el único sistema operativo de comunicación. El corazón es un comunicador más poderoso que el cerebro, y la mayoría de nuestra comunicación no verbal está centrada en él. Se entiende comúnmente que el corazón responde a las señales neuronales enviadas por el cerebro, pero no es tan conocido que el corazón envía más señales al cerebro que al revés. El corazón afecta el procesamiento emocional, la atención, la percepción, la memoria y la resolución de problemas del cerebro. El cerebro está continuamente reaccionando y respondiendo al corazón.


El corazón es nuestro segundo cerebro y tiene su propia red neuronal de 40,000 neuronas, una memoria y genera un campo electromagnético 60 veces más fuerte que el del cerebro. Es un sistema autónomo y posee un tipo único de inteligencia. El Instituto HeartMath en California ha estado investigando científicamente la inteligencia del corazón desde la década de 1990. La inteligencia del corazón es tu sentido intuitivo de lo que es verdadero o de lo mejor que puedes hacer. Es un conocimiento instantáneo que combina el instinto y la interacción armoniosa del cuerpo, la mente y el espíritu.


Percibimos con el corazón antes que con el cerebro. Cuando sentimos una emoción fuerte, ya sea negativa o positiva, nuestros ritmos cardíacos cambian, y esta información se envía luego a las áreas emocionales del cerebro para ser procesada, entendida o actuada. Así, nuestras experiencias emocionales comienzan primero en el corazón, luego pensamos con el cerebro.


Las personas con demencia en progreso están perdiendo las habilidades cognitivas del cerebro: su memoria, su razonamiento y sus pensamientos. Pero si el corazón tiene su propio sistema neuronal con una memoria que “sabe”, ¿puede la demencia dañar esto?

El corazón no genera lenguaje ni piensa como el cerebro; “sabe”. En la Biblia, en Proverbios 23:7, se dice: "Como piensa en su corazón, así es él". Entonces, ¿cómo podemos aplicar el lenguaje del corazón con una persona con demencia?


Recuerda, el corazón habla a través de los sentimientos. Cuando se usan palabras centradas en el corazón, el tono de voz es esencial, y las palabras deben ser amorosas y expresadas con sentimiento.


El tacto también es esencial para conectar con el corazón. La forma en que tocas a una persona transmite más que las palabras. El toque suave, tomar la mano de alguien o acariciar la mejilla son gestos de cuidado que vienen del corazón.


Recuerda que las señales no verbales como las expresiones faciales, la postura corporal y los gestos constituyen la mayoría de nuestra comunicación con los demás. Sonríe y mantén tu rostro relajado o alegre. Mira a la persona directamente a los ojos y nunca te pongas de pie sobre ellos mientras están sentados; esto hace que la persona se ponga a la defensiva. La comunicación no verbal es más centrada en el cuerpo y conecta con el corazón.


Cuando abres honestamente tu corazón a alguien con demencia, ellos responden de la misma manera.


En una de las instalaciones donde daba talleres, noté a una residente sentada en un sofá, luciendo muy triste. Me senté a su lado y le dije: "Hola, soy Katya, y pensé que vendría a conocerte. ¿Cómo te llamas?" Ella levantó lentamente la vista y, sorprendida, me preguntó si me caía bien. Sonreí lo más grande que pude y le dije: "Más que eso, te quiero". De repente, se inclinó y me envolvió en un gran abrazo, diciendo repetidamente: "Yo también te quiero, yo también te quiero". Shirley y yo nos sentamos en ese sofá durante una hora, hablando y riendo, con nuestros corazones totalmente conectados. Dos desconocidas compartiendo un momento de amor como si se conocieran de toda la vida.


Hay un ejercicio que sugiere el Instituto HeartMath para conectarte con tu corazón antes de interactuar con alguien. Antes de hacer contacto con la persona, cierra los ojos y, mientras respiras lentamente, imagina que tu respiración se dirige hacia el área del corazón, y luego exhala desde el corazón. Haz esto tres veces; ayuda a centrarte en tu corazón.


Después de hacer este simple ejercicio, te sorprenderá cómo tu comunicación centrada en el corazón crea una conexión profunda con la otra persona.


Katya De Luisa reside en Costa Rica y es educadora sobre demencia, escritora independiente y autora de “Journey through the Infinite Mind, the science and spirituality of dementia”. Visita la sección de blog gratuito de su sitio web para más artículos sobre demencia.



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